Delincuencia Juvenil- consecuencias del estigma social

Delincuencia Juvenil: consecuencias del estigma social

Las tasas de delincuencia juvenil no han disminuido, ni en España ni en el mundo, por el contrario, han aumentado, lo cual nos hace pensar que algo se está haciendo mal.

Consecuencias de la delincuencia juvenil

Se deberían de analizar las causas de esta delincuencia juvenil, el mayor detonante de estas situaciones,  lo cual sería aconsejable y  necesario.

Quizás tenemos niños con demasiada libertad y pocas responsabilidades, o niños maltratados psicológicamente, con un nivel de exigencia inadecuado para su edad, o con poca atención por parte de los adultos.

Todas estas situaciones conducen al mismo sitio: niños con altas posibilidades de tener problemas en un futuro no muy lejano.

No siempre es así, eso hay que tenerlo claro, pero si estamos ante un menor que ha cometido un delito, sea del tipo que sea, y empezamos a indagar un poco en su vida veremos que no todo es perfecto, aunque debemos partir siempre de la base de que no existe la fórmula adecuada para educar a un hijo, y que la situación flojeara por un lado o por otro, conduciendo en ocasiones a situaciones realmente graves.

Legislación sobre la delincuencia juvenil

Cada país tiene su propia legislación al respecto, más o menos dura, prestando más atención a unos aspectos o a otros.

En nuestro país la legislación actual en materia de menores se puede interpretar de diferentes maneras, pero la conclusión será siempre la misma sobre la delincuencia juvenil: no es una ley sancionadora sino reparadora, intentando que el menor delincuente recapacite sobre las acciones ejecutadas y salga del internamiento (o de la medida impuesta) con el firme convencimiento de que actúo mal.

Consecuencias de la delincuencia juvenil

Se estudia también la situación familiar de es menor, para poder analizar que se puede mejorar o cambiar, porque está demostrado que un alto porcentaje de menores delincuentes viene de ambientes desfavorecidos, y no necesariamente tienen que ser de grupos de exclusión, puesto que un hijo de padres divorciados ya podría entrar dentro de esa denominación, por el alto riego de que la situación repercuta de manera negativa en su vida.

El menor delincuente no debe quedar estigmatizado de por vida, pero tampoco debe olvidar lo que hizo, puesto que en estos caso es más que cierto el dicho “de los errores se aprende”, válido para el menor y para todo su entorno, intentando reeducar y conducir comportamiento indeseados.

Porque los antecedentes penales de delitos cometidos por menores desaparecen, pero no así el estigma social que se sufre por ello, si bien es cierto que dependerá mucho de la gravedad del delito cometido.

Los delitos de sangre quedan mas grabados en la retina de las personas, porque además se une el hecho de que han sido cometidos por un menor, alguien de corta edad para tener la maldad necesaria para cavar con la vida de otra persona. O por lo menos esa es la interpretación que se suele hacer.

¿Es justo que a un menor delincuente se le recuerde de por vida el delito que ha cometido?

¿El ambiente familiar y social influye para que un menor pueda llegar a cometer un delito?


Para poder aportar en este sector con planes sociales y cambiar la situación actual, es indispensable que los profesionales que se quieren dedicar a resolver estos temas, puedan optar al estudio de un Máster en Orientación Educativa y Psicopedagogía, donde ayuda al menor en su camino para fortalecer los valores de la educación.

3 comentarios

  1. no dice cuales son las consecuencias directas en la sociedad, que cambios produce que afectos negativos nos trae como comunidad, materialmente que es lo que se ve afectado, en quienes repercute mas en sus familias, en el Estado, en ellos mismos, que consecuencias hay sobre terceros afectados

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