La exclusión que llegó con la crisis

La crisis económica que lleva arrastrando nuestro país durante varios años lleva consigo múltiples consecuencias, de mayor o menor importancia, pero que van dejando tras de sí una estela de falta de interés y descontento en una parte muy importante de nuestra sociedad: nuestros jóvenes. Aquí en Aucal te mostraremos las consecuencias de esta larga crisis económica.

Los jóvenes son el futuro, pero ante un futuro que no ven seguro nuestros jóvenes toman diversos caminos: los hay que emigran en busca de mejores oportunidades y hay quien toma el camino de la despreocupación. Ese camino que lleva a no hacer nada y, lo que es peor, el no tener ganas de hacerlo. Y ahora bien, de igual modo que existe la pregunta de qué fue antes, si la gallina o el huevo, existe el debate de si los jóvenes pierden el interés por falta de oportunidades o si es  la falta de oportunidades la que genera ese desinterés.

Si el principal problema es la crisis económica, estamos avocando a nuestros jóvenes a la exclusión social. Muchos quieren cursar estudios superiores y cuentan con aptitudes para ello, pero la falta de recursos económicos les lleva a no poder hacerlo e, incluso, a aceptar trabajos para poder subsistir.

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El riesgo de exclusión de los menores y la pobreza consiguiente de los españoles supera a los de los otros países europeos. La mayoría vive en hogares en los que los progenitores se encuentran sin trabajo o sobreviven con salarios irrisorios y con el añadido de poder ser desahuciados de sus casas en cualquier momento.

Familias socioeconómicamente estables han visto cómo sus situación empeoraba día tras día y sus hijos estaban al borde de la exclusión social. Todavía asociamos el tener dinero con estar bien visto socialmente. El no tener trabajo está asociado a las clases más desfavorecidas.

Los programas de búsqueda de empleo se centran en eso, en buscar empleo sin prestar importancia a aspectos más sociales, más relacionados con la persona. Y esto para los colectivos que estén o puedan llegar a estar en exclusión social es un fallo bastante importante.

Si se quiere solucionar el problema del desempleo juvenil, se deberán buscar los motivos que lo generan desde abajo, no intentar atajarlo por el camino más sencillo. Por supuesto que un joven en riesgo de exclusión quiere mejorar su futuro, pero se trata de darle estrategias para lograrlo, no de darle todo el trabajo hecho.

Algunas personas arrastran la exclusión social durante años y la situación se agrava al buscar un primer empleo, jóvenes que, a pesar de tener formación universitaria, son desechados por el sistema. Esto también es exclusión social.

 

¿Consideras que la crisis ha agudizado los casos de exclusión social?

¿Realmente se podrían crear políticas orientadas a mejorar esta situación?

 

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