aditivos antibacterianos

¿Cómo actúan los aditivos antibacterianos?

Las bacterias campan a sus anchas no solo en el sector alimentario, sino también en tantos otros tipos de ámbitos. Algunos de los productos que se venden, con tal de mantener a raya a estos microorganismos, incorporan una serie de aditivos. Precisamente hoy hablaremos de ellos.

Y es que no muchas personas saben exactamente cómo actúan los aditivos antibacterianos. Si también es tu caso presta atención a las próximas líneas, aunque antes profundizaremos en qué son estos compuestos.

Qué son los aditivos antibacterianos

Básicamente son unos compuestos que se encargan de impedir que las bacterias crezcan. Sea cual sea el producto que cuente con los aditivos antibacterianos, no se produce contaminación alguna en este sentido, puesto que en ningún caso llegan a proliferar dichos microorganismos.

Conviene destacar que los aditivos antibacterianos están presentes en la fórmula de muchos tipos de productos. Un claro ejemplo es el de la cerámica antibacteriana, la cual es muy exitosa. Y no es para menos, puesto que al colocarla en zonas de la casa como la cocina y el baño evita la proliferación de las bacterias, las cuales no llegan a crecer.

Hay varios tipos de aditivos antibacterianos, aunque seguidamente hablaremos de cómo funcionan unos en concreto: los inorgánicos. Y es que las materias primas activas que se elaboran haciendo uso de materiales como la plata y el cobre han demostrado ser las mejores en lo referente a la duración de su efecto.

Así actúan los aditivos antibacterianos

Lo primero que has de saber es que no cuentan solo con un método de actuación, sino que operan de varias maneras en función del tipo de aditivo, la situación a la que han de hacer frente, etcétera.

Una de las acciones más habituales que llevan a cabo los aditivos antibacterianos consiste en luchar contra el crecimiento de las bacterias que tiene lugar en una capa de gran resistencia que es conocida bajo el nombre de pared celular.

En la parte de fuera de la membrana de plasma se ubica esta área que tan prolífera es para que crezcan las bacterias, un resultado que afortunadamente puede evitarse que se produzca haciendo uso de buenos aditivos antibacterianos.

Dichos aditivos no solo actúan de esta manera. Adicionalmente también es habitual que lo hagan en la membrana de las células. El objetivo es claro: otorgarle una cierta permeabilidad con tal de que su principio activo penetre en la parte de dentro e impida que proliferen las bacterias.

Por supuesto, los aditivos antibacterianos más allá de evitar que crezcan las bacterias también son capaces de acabar con ellas. En este caso actúan de dos formas distintas, consistiendo la primera de ellas en penetrar directamente en su ADN.

Al acceder a la proteína compleja conocida como ácido desoxirribonucleico el aditivo antibacteriano pasa a tener la capacidad de hacer daño a la estructura de la bacteria en cuestión. Poco después se elimina por completo, impidiendo que sus efectos negativos sigan produciéndose.

Por último, los aditivos antibacterianos también actúan en los orgánulos presentes en el citoplasma, concretamente en una parte conocida como ribosoma. Es este el lugar en el que el aditivo impide que sea sintetizada cada proteína cuya función se resume básicamente en lograr que las bacterias permanezcan con vida durante mucho tiempo.

Es destacable que estos métodos de actuación son más efectivos optando por unos aditivos antibacterianos con una buena tecnología patentada. Si tienes dudas sobre cuál es el mejor para incorporar a la fórmula de tu producto, la respuesta es clara: decántate por aquellos que se basan en la plata, puesto que su efecto es más amplio y duradero en comparación con los demás existentes, demostrándolo a la perfección las superficies antibacterianas que cuentan con los aditivos de Bactiblock.

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