Cómo reducir el estrés de forma natural

La irritabilidad, la ansiedad o la inestabilidad emocional que produce esta reacción fisiológica son tan comunes que se han normalizado.

Reducir el estrés no es fácil, sobre todo si se vive en un entorno competitivo donde la sobreestimulación y la celeridad son rasgos habituales del día a día. Nadie está exento de padecer esta afección tan común que incluso ha llegado a naturalizarse. Ancianos, adultos jóvenes y niños lo padecen de forma crónica y la forma de tratarlo no es siempre la más adecuada.

Para librarse del estrés habría que cambiar el sistema en el que se vive en las grandes ciudades, es más, habría que cambiar las políticas neoliberales que gobiernan el mundo y que en definitiva son las que marcan el ritmo de vida de los millones de habitantes del planeta. Pero como eso está lejos de llegar a suceder, hay que centrarse mejor en lo que cada persona puede hacer para liberarse de este padecimiento tan angustioso y a la vez peligroso a largo plazo.

Recurrir a remedios naturales como, por ejemplo, comprar valeriana forte en farmacia puede ser un primer paso para aliviar los síntomas. Esta planta se utiliza desde hace siglos para tratar casos de ansiedad, angustia, nerviosismo y trastornos del sueño. De hecho, ya los griegos la utilizaban como diurético y analgésico, pero fue en el siglo XVIII que se descubrieron sus efectos sedantes. Junto a ella, otras plantas como la tila, la melisa, la pasiflora, el lúpulo o la amapola también contribuyen a relajar el sistema nervioso.

Formas de recuperar el equilibrio natural del cuerpo

El estado natural del ser humano no es estar estresado, más bien todo lo contrario. La paz y la tranquilidad son la base de su evolución física y psíquica. Lejos de los momentos puntuales de estrés que provoca el medio, la ansiedad y el nerviosismo no deberían formar parte del día a día de millones de personas.

Sin embargo, en las sociedades desarrolladas es habitual ver las consultas médicas a rebosar de casos de este tipo. Los trastornos emocionales y psicológicos que conlleva vivir en el primer mundo están a la orden del día. El bullying, la competitividad, el desempleo, la obsesión por la imagen, las injusticias sociales, etc., son el caldo de cultivo de una sociedad angustiada.

El problema es que, en muchas ocasiones, la medicina general opta por prescribir fármacos. Sin ir más lejos, España encabeza el consumo mundial lícito de ansiolíticos, hipnóticos y sedantes según un informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes. Un dato muy preocupante si se tiene en cuenta que esto conlleva la normalización de la medicación para unos síntomas que pueden tratarse de forma natural sin causar adicción.

Para empezar, el ejercicio físico es fundamental, no solo para la salud en general del organismo, sino para liberar adrenalina y combatir el estrés. Practicar actividad física a diario aumenta la producción de endorfinas, ayuda a mantener la calma y concentración y mejora el estado de ánimo.

La meditación es otra potente herramienta gratuita y sin efectos secundarios adversos que puede practicar todo el mundo sin importar la edad. Hay cientos de formas de iniciarse en esta práctica ancestral, desde vídeos guiados de relajación, hasta técnicas concretas de control de la respiración.

La alimentación juega también un papel importante. El exceso de azúcar, los carbohidratos procesados, el alcohol y la cafeína son sustancias a evitar si se quiere reducir el estrés. Por el contrario, los arándanos y los frutos rojos ayudan a equilibrar el estado de ánimo gracias a su contenido en vitaminas C y E.

Por último, los suplementos naturales a base de plantas y en su caso, una adecuada terapia psicológica puede conseguir eliminar por completo el problema de forma eficiente e inocua.

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