Acogimiento familiar

Los niños que crecen en centros de acogida siempre van a creer que les falta algo, porque aunque los centros estén enfocados, pensados e ideados para acoger menores de todas las condiciones no dejan de ser casas grandes, con mucho personal y unos horarios más estrictos. Es verdad que nada tiene que ver con los centros de hace unos años, con otro tipo de protocolos de actuación y con menos flexibilidad. Pero para el proceso de crecimiento madurativo, emocional y educacional es mucho más recomendable crecer en familia. Los niños necesitan referentes fijos, seguridad y equilibrio.

Estos niños viven situaciones muy difíciles y tienen distinta sintomatología, no son fáciles de llevar, puesto que en cualquier momento pueden explotar, sin que ellos mismos sepan porque lo hacen. No hay mucha información sobre familias de acogida, nada bonito o positivo que haga que la gente se anime a acoger a estos menores que tanto necesitan. El que no sea una medida definitiva, que el menor deba a abandonar esa casa en un tiempo determinado tampoco ayuda mucho, puesto que las familias que lo hacen sienten que les quitan algo, que se ve frustrado un proyecto de futuro; comprenden que tiene que ser así, y esas fueron las condiciones que se le explicaron al iniciar la acogida, pero nunca se está lo suficientemente preparado para ello. Tampoco es nada bueno para el menor que siente que le quitan una estabilidad necesaria, aunque el motivo de que acabe esta acogida sea que el menor regresa con su familia biológica; quizás no la ha visto en años, serán unos desconocidos que tendrán que luchar para recuperar todo el tiempo perdido.

En este tema hay un poco de desinformación, puesto que todavía hay gente que no sabe que esto se puede hacer, creen que tan solo existe la adopción o la acogida de menores extranjeros, pero no acogimiento de niños españoles. La acogida da una nueva oportunidad a los menores que no pueden ser atendidos por sus familias biológicas. Son muchos los beneficios de vivir en una familia de acogida y más, a edades tempranas, porque vivir en un ambiente familiar normalizado ya es terapéutico en sí mismo, ayuda al menor a sanar heridas pasadas, y le ayuda también a poder afrontar su futuro de una manera más sana y equilibrada. La cultura del acogimiento familiar queda muy distante de otros países, como por ejemplo es el caso de Holanda, donde está más avanzada.

Y es que no son padres quienes dan la vida, sino que te enseña a disfrutarla.

¿ Cuales pueden ser los motivos principales por las cuales no hay mas familias dispuestas a acoger menores?

¿ Es España un país solidario con quien lo necesita?

Dejar una Respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

seis + 11 =