Asperger, un mundo diferente

Cada niño es un mundo y tiene sus peculiaridades, pero existe un colectivo con síndrome de Asperger que tienen otras peculiaridades aparte del resto. Algunas veces son entendidas y otras no, y en ocasiones se hace muy difícil tratar con niños con este trastorno., todo un reto, tanto para padres como para profesores.

Al tener un origen neurobiológico y hallarse enmarcado dentro de los Trastornos de Espectro del Autismo (TEA) de las primeras áreas que se verán resentidas será el área social, las relaciones entre iguales, la interacción con los demás se ve alterada, tanto por exceso (desinhibición), como por defecto (retraimiento y/o miedo al acercamiento), así como en la forma de relacionarse con el entorno; la conducta no se adapta a los diferentes contextos y personas con los que se relaciona; tienen  dificultad para expresar sus  sentimientos, emociones e intenciones, y tampoco entienden las de los demás.

Cuando un niño comienza la escuela se relaciona con los demás niños, con sus iguales, a través del juego o de la comunicación verbal, si un niño no lo hace de uno u otro modo puede empezar a ser preocupante, puesto que las relaciones sociales en esas edades tan tempranas son la manera de relacionarse del niño. Sus relaciones con los demás se ven limitadas, sus comportamientos no son del todo comprendidos, porque presentan comportamientos estereotipados, rutinas o dificultades de adaptación a los cambios. Manifiestan interés por otro tipo de cosas, que generalmente no coinciden con los que se consideran propios de su edad, con una intensidad inusual.

Pero necesitan tener su espacio en el sistema educativo, es más, no se les debe excluir de él, porque no sería justo hacerlo; hay gente que no quiere tenerlos cerca de su hijos, porqué son niños que incomodan, esto es una realidad, pero la opción no es apartarlos en un rincón o llevarlos a colegios solo para niños con ese tipo de trastorno. Todo lo que aparece en Internet sobre este tema no siempre es cierto, y es algo que hace mucho daño a la gente que lo padece, puesto que se crean falsos mitos sobre el tema.

Estos niños suelen recibir una presión continua en las aulas, acoso escolar y conductas de exclusión social, lo que hace que estallen y manifiesten agresividad hacia sus iguales, pero no es una agresividad diferente a la que puede manifestar otro niño que se vea acorralado. No es justo atribuir toda la culpa a al niño, decir que es fruto de su trastorno y aprovechar la situación para poder excluirlo.

Con el trastorno de Asperger, como con cualquier otro tipo de trastorno neurológico, se puede vivir perfectamente, solo es necesario una serie de pautas estructuradas; pero el problema no es quien lo padece, sino el entorno.

¿Crees que un niño con este tipo de trastorno tiene un lugar en el actual sistema educativo?

¿Existe poca concienciación al respecto?

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Máster en Orientación Educativa y Psicopedagogía

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