¿Qué es el secuestro parental en un divorcio?

La mediación familiar en casos de divorcio con hijos de por medio puede resultar muy útil para llegar a un acuerdo en cuanto a la custodia de estos, pero no siempre es una solución efectiva; hay casos en los cuales la situación se complica si uno de los dos progenitores es extranjero y se lleva a los niños a su país. Ahí ya no existe mediación posible, puesto que las mayoría de veces la comunicación se corta de manera radical; los Gobiernos pueden intervenir, pero tampoco es la solución definitiva, son casos complejos, costosos y que se alargan en el tiempo.  También es cierto que depende mucho de cual sea el país donde se han llevado a los menores, puesto que España no tiene los mismos convenios con todos. En nuestro país existen varios casos con estas características.

 El secuestro de los hijos por uno de sus progenitores es un delito castigado con pena de cárcel desde 2002, hasta ese año, si uno de los padres raptaba a los hijos, no había responsabilidad penal, y el secuestrador simplemente estaba obligado a devolver a los niños, cuando la autoridad policial o judicial se lo requiriese en el país donde se alojaba. Pero si ese estado no había firmado el convenio de La Haya sobre la sustracción de menores, las posibilidades de que el menor volviera a España resultaban casi imposibles. La realidad es que prácticamente ningún condenado ingresa en la cárcel.

Los hijos se convierten en moneda de cambio sin pretenderlo, víctimas de la lucha de los adultos, que manejan la situación a su antojo. Existen una serie de medidas preventivas, como por ejemplo el control de fronteras, especialmente aeropuertos, así como un control más exhaustivo a la hora de expedir determinados documentos a niños, como el pasaporte. La crisis, la falta de oportunidades laborales y el desarraigo influyen en el aumento de la sustracción de menores. Hoy en día es muy normal que una española se case con un colombiano, acaben viviendo en Turquía, y el padre se los lleve a Alemania; es una de las múltiples posibilidades que existen, donde se ven implicados varios países, dificultando aún más el proceso de devolución de los menores.

separación extranjero

Las parejas no se plantean a tiempo cómo afrontar la separación y pactar un adecuado régimen de visitas que no vaya en detrimento de los derechos del menor.

La gran mayoría no acude a un profesional que les ayude a gestionar esa separación, y cuando la situación se pone fea uno de los dos opta por la solución rápida. Las vacaciones suelen ser la época elegida por los raptores para llevar a cabo sus planes sin levantar sospecha.

Las partes afectadas piden más colaboración y ayuda por parte de los Gobiernos, pero mientras esta ayuda llega existen cientos de menores obligados a no tener una vida familiar adecuada.

La formación en este tipo de conflictos es fundamental, el profesional que se encargará de mediar el problema debe ser capaz de llegar a la mejor solución para ambas partes. Aucal junto con un equipo de expertos, han formado completos planes de estudio que se enfocan en la solución práctica de problemas en estas crisis, por lo que la Mediación Familiar se vuelve imprescindible en éste y otros casos.

¿Crees que se presta la suficiente ayuda a estos casos?

¿Sería necesaria más intervención y más rápida de los Estados implicados?

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