Que su hijo esté en el colegio y pueda verlo a través de una aplicación móvil ahora es posible. Podrá ver lo que hace, con qué compañeros habla y juega, qué les explican los profesores. ¿Se lo imagina?
Cámaras en las aulas
Polémicas aparte, ya es una medida que se está adoptando en otros países, y que ya existe desde hace tiempo en muchas guarderías españolas. El debate es, si el objetivo es mejorar la seguridad de los alumnos o aumentar el control sobre los docentes. Si se hiciera un sondeo a los docentes españoles sobre poner o no cámaras dentro de las aulas, la mayoría casi seguro que estarían en contra, asegurando que la sensación de permanente vigilancia no va a favorecer que los menores actúen y se desarrollen de forma natural, al saberse observados y denunciarían la vulneración de la privacidad que supone la grabación continua de los niños.
Por no hablar del constante control al cual se verían sometidos, sintiéndose observados y cohibidos, porque cualquier palabra o acción seria interpretada como negativa, no por todos, pero si por la gran mayoría. En un mundo tecnológico, donde todo queda inmortalizado, donde el día a día de nuestras vidas es analizado en las redes sociales, la vida en el colegio es de los pocos sitios que no permiten ese acoso tan mediático.
¿Dónde está el limite?
Y es que si no existen motivos para su uso ¿por qué poner cámaras? Esta medida tiene sentido en colegios muy conflictivos, en ciudades o países donde ocurren a diario sucesos dentro de las aulas…Pero si no se da motivos para ello, tampoco tiene mucho sentido hacerlo. Porque la polémica está en su instalación y en el uso que se va a dar de esas imágenes y quién va a tener acceso a ellas, puede que haya gente que ni se lo plantee, pero muchos padres están angustiados ante cualquier difusión que se haga de imágenes de su hijo, y están en todo su derecho de hacerlo.
Que decida el niño cuando tenga capacidad para ello, si quiere exponer su imagen o no. A veces, no somos conscientes de la sobreexposición que hacemos de nuestras vidas, no nos encontramos en situación de vulnerabilidad y por eso lo hacemos, hemos normalizado la situación, hasta límites insospechados, parece que si no tienes fotos personales en redes sociales no existes. Pero deberían existir ciertos límites, y de momento, la vida en las aulas es uno de ellos. Y es que todo aquello que se quiera captar con la instalación de cámaras, va a seguir sucediendo fuera del alcance de éstas, con lo cual no se habrá resuelto un problema, sino que a mayores tendremos otro más.
¿Estarías a favor de instalar cámaras de vigilancia en el colegio de tu hijo?
¿Vivimos con demasiada vigilancia?
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Los objetivos principales de este Máster son:
- Identificar posibles entornos de intervención, identificando las necesidades específicas de cada situación para reconstruir lazos sociales e identidades sociales.
- Realizar intervenciones y proyectos socioeducativos en aquellos grupos con mayor exclusión en nuestra sociedad para que puedan alcanzar su desarrollo personal mejorando la convivencia y la resolución de conflictos.
- Implementar dinámicas de comunicación, participación, integración y socialización, así como actividades en favor de la convivencia cívica en todos los procesos educativos.
- Desarrollar capacidad crítica y responsable hacia la educación social a través de un compromiso ético y positivo.
- Mejorar la calidad de los servicios prestados a los colectivos excluidos socialmente, facilitándoles una mayor participación activa en la sociedad.
- Diseñar y desarrollar diferentes tipos de intervenciones o proyectos educativos, pudiendo englobar una perspectiva integral de los individuos de cualquier ámbito y en cualquier fase vital del individuo.