Enganchados a móviles y tablets desde bebés, es una frase dura pero real; si el niño no quiere comer le damos un móvil para que se entretenga jugando mientras tanto, si no quiere salir de casa a jugar tampoco pasa nada porque podrá ver dibujos o jugar los juegos de la tablet, porque existen infinidad de juegos, no tan solo para niños más grandes como ocurría antes.
Beneficios y contraindicaciones de la tecnología en los menores
Hay juegos para aprender a identificar los colores, los números, las letras, en inglés para que aprendan cuanto antes otro idioma, para niños y para niñas, nadie se queda excluido con las nuevas tecnologías. Y es cuando se puede generar el debate, de si su utilización es adecuada desde edades tan tempranas o si uso es válido en determinadas situaciones, dónde los padres se relajan más y ceden ante la insistencia de los menores.
Los primeros dos años son fundamentales para el desarrollo del habla y el lenguaje en los niños. Todo el tiempo que interactuemos con ellos, les hablemos, leamos o contemos un cuento, contribuirá a reforzar sus habilidades lingüísticas, y a mejorar su vocabulario. Las pantallas no reemplazan esa interacción personal, y cuanto más tiempo dediquen a ellos, menos posibilidades tendrán de "practicar" el habla en esta etapa clave. Por lo cual su uso no es que no aporte nada, sino que más bien dificulta el normal desarrollo del niño.
Impaciencia de los niños
Quizás no nos damos cuenta, pero por ejemplo, cuando un niño come, debe hacer eso... comer, poner todos sus sentidos en lo que está haciendo, y no intentar distraerlo, porque al distraerlo perderá la concentración en la acción que ejecuta, consiguiendo que no consiga concentrarse en nada.
Un niño se aburre comiendo, sentado, esperando en una tienda…o con cualquier otra acción que considere que es aburrida y que no quiere realizar. Es lógico y forma parte del desarrollo, intentar romper esa cadena lógica va a resultar contraproducente y con fatales consecuencias futuras. Y es que el cerebro aprenderá a distraerse, pero no a esforzarse o concentrarse. Y es el reflejo de una generación de padres menos pacientes y que dan menos valor a hacer las cosas despacio; el estrés y la falta de tiempo del día a día hacen que se quieran las cosas para “ya”, sin ganas de esperar.
Los casos de autismo y déficit de atención han aumentado considerablemente en los últimos años, sería muy osado decir que hay mas casos por el uso masivo de las nuevas tecnologías, pero lo que está claro es que no favorecen para que su aparición disminuya.
Y es que el mundo ficticio de las nuevas tecnologías todo es felicidad, lo que hace que los niños se frustren al no conseguir lo que quieren, puesto que en el mundo real las cosas se consiguen luchando por ellas.
¿Empiezan a utilizar los niños demasiado pronto los dispositivos móviles?
¿Jugar con móviles dificulta la interacción entre iguales?
Formación relacionada
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