Se buscan valientes

Proyecto Bullying, ese es el nuevo programa de una importante cadena de televisión, unos lo verán de mal gusto y otros aplaudirán esta decisión.

¿Pero en qué lugar deja este programa a los colegios donde existe alguno de estos casos de bullying?

El programa retrata la pasividad y permisividad de algunos centros ante estos casos, muchos optan por trasladar al alumno acosado de centro, pero el problema no es el sino los acosadores que pronto encontraran a otra presa con la cual calmar su agresividad. Varias fiscalías de menores han intentado frenar su emisión porque los protagonistas han ido a clase con la cámara para grabar los insultos y agresiones que sufren a diario. Y es que en este asunto, como en muchos otros hay quién ve la gravedad del asunto y hay quién alega que esto siempre ha existido y que hay que dejar que los chavales arreglen sus problemas.

Todos los centros educativos conocen el protocolo de actuación ante el acoso y saben que pasos tiene que dar para activarlo; pero queda a criterio de los profesionales de centro el hacerlo o no, no basta con la simple petición de la familia del afectado. Los centros afectados normalmente optan por no hablar, ni para bien ni para mal, ninguno quiere ser estigmatizado como “el colegio donde se acosa a los chavales”.

El principal problema es que se ha minimizado el asunto todos estos años, viéndolo como gamberradas y no asumiendo que había un problema real. La gran diferencia es que hace años no había redes sociales, no había tanta difusión; podía darse un episodio de insultos y golpes entre compañeros, pero nadie lo grababa y lo subía a continuación a las redes sociales, no había esa exposición que lo que hace es hundir aún más al acosado, puesto que ve como esa situación que el sufre la puede ver más gente, gente que no va a ayudar, sino apoyar a los que acosan.

Enfocamos la atención en los colegios, como si fueran los responsables y a la vez son los que ponen todo tipo de impedimentos para que la solución llegue; pero se centra poca atención en la familias como parte también del proceso, puesto que muchos de los niños acosadores aprenden esa agresividad en sus casa, porque lo ven o porqué se dan situaciones que hacen que el niño descargue toda su frustración ante los demás.

Quizás antes de poner en marcha los protocolos de actuación ante acoso se deberían impartir talleres de empatía, de control de agresividad, de saber actuar ante determinadas situaciones…

La solución no es hacer un programa de televisión, la difusión del problema está bien, pero no a costa de “sacrificar” a los que sufren este acoso. La solución la tenemos nosotros y no nos damos cuenta de ello.

¿Estás a favor o en contra de este tipo de programas?

¿Favorece o perjudica tanta exposición en los medios?

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Máster en Orientación Educativa y Psicopedagogía

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